martes, 12 de octubre de 2010



La historia de la Iglesia en Chile comienza en el extremo sur del país, con la primera misa celebrada en el territorio por el Presbítero Pedro Valderrama, quien era capellán en la expedición de Hernando de Magallanes. La fecha fue el 11 de noviembre de 1520. En segundo lugar, la portada del libro reproduce la imagen de la Virgen del Socorro que trajo Valdivia en el armazón de su cabalgadura y que en la actualidad se encuentra en el Altar Mayor de la Iglesia de San Francisco en Santiago de Chile.
Con las dos premisas señaladas, se marca un camino para hacer historia: entrar en la mentalidad de los evangelizadores. Por otra parte, no dejan de señalarse las dificultades. La primera los araucanos y mapuches: "El paulatino avance que experimentaron los españoles en la posesión del territorio en estos cortos años, se vio interrumpido por el choque con los araucanos, quienes en 1598 realizaron uno de los más grandes levantamientos que tuvo por saldo la destrucción de numerosas ciudades del sur. La segunda dificultad; los problemas físicos: "Se pudo obtener información nada menos que de 2.530 edificios dedicados al culto, los cuales, desde luego, de ninguna manera no son todos, pero que bastan para formarse una idea de la amplitud del esfuerzo evangelizador y del grado en que cubrió las necesidades pastorales de un país con doblamiento aún precario, con grandes dificultades geográficas y de comunicaciones, no pocas veces en estado de guerra, y sujeto a terremotos y otros violentos contrastes naturales: a modo de ejemplo, la catedral de Santiago debió edificarse siete veces, diez la de la Imperial-Concepción y catorce la de Valdivia" Es interesante que el capítulo primero se dedique al estudio de los archivos existentes, documentación que se conserva en ellos, tanto en papel como en obras de Arte, templos, retablos, pintura y escultura.

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